Con el dulce sonido de copas al brindar como música de fondo, la mágica velada del año nuevo fue celebrada en Alinna con los platillos estrella del año y un exquisito maridaje con burbujas. Una noche de ensueño, cada instante en este edén culinario se prestó a la creación de memorias que permanecerán por siempre en mi mente y en mi corazón.
Alinna una oda al buen vivir, una expresión artística del amor por el arte culinario y el hedonismo, regala a quien lo visita un viaje a través de los sentidos donde el arte, la gastronomía y la magia unen fuerzas para crear momentos originales e inolvidables.
Ubicado al poniente de la ciudad, nos ofrece experiencias gastronómicas sin igual; originalmente ideado como un servicio de catering de alto nivel, hoy se ha reinventado en el mundo del savoir faire con exclusivas cenas maridaje los fines de semana de cada mes.
Alinna nació en el 2019, cuando la creativa Elizabeth Cruz y el chef Pablo Palomo decidieron diseñar y crear experiencias culinarias que atesoren momentos especiales. Desde catering hasta eventos como bodas, compromisos, cumpleaños, celebraciones sociales y eventos corporativos, este fascinante concepto de servicio personalizado y creación de experiencias a la medida, fue creado para hacer de cada instante una aventura hedonista.
Para el año nuevo, degustamos un menú muy especial- con los mejores platillos de todo el año! La primera entrada de esta cena de degustación fue un sabroso tartar de Wagyu Durango Cross con yema y queso curado, el cual se maridó con un sedoso Cremant d’Alsace Rosé de la Famile Hebinger. Continuamos con un excelente foie gras con un toque de maíz y crea de pasitas, el cual maridó perfectamente con los dulces tonos de Moët Néctar Impérial.
El siguiente platillo fue un rico canelón de txangurro con salsa cremosa de marisco y manzana verde, maridado con un Taittinger Prestige Rosé Brut, seguido por un rocote de Baja California al miso con salsa de trufa y risotto de shitake. Este manjar, fresco y original, fue maridado con una botella de Charles Hiedsieck Brut Réserve.
Para terminar, nos deleitemos en un increíble solomillo de Wagyu Durango Full Blood con piquillo y patatas trufadas – los jugosas sabores maridaron a la perfección con un Lleiroso Crianza 2017. El broche de oro fueron los ricos postres: helado de mandarina con ron añejo y un pastelito tibio de chocolate con helado de turrón.
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