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  • Deby Beard

Disfrutando los vinos del Monte Etna




El Monte Etna es un imán para los sentidos. A sus preciosos paisajes se suma la bondad de sus tierras, enriquecidas con los minerales provenientes de la actividad, y que se han convertido en el lugar perfecto para crear vinos de sabores totalmente únicos en el mundo, creados a partir de uvas que crecen en suelos de diversas edades geológicas.


Sus laderas están bellamente cubiertas por viñedos, terrazas, bosques, muros de piedra seca, y construcciones en armonía con el caprichoso terreno. Sus habitantes, al igual que este volcán aun activo, poseen un encanto único y hacen sentir a los visitantes como parte de su familia. Casi 200 muros de piedra seca, más de 100 terrazas, 7 hectáreas de castaños y 355 olivos se entrelazan en los distritos de Pianodario, Sciaranuova, Rampante y Grasà.


Hace más de diez años inició la gran aventura que hoy lleva el nombre de Tascante Etna, cuando Alberto Tasca y su esposa Francesca caminaban en el Etna, y se encontraron en su camino con dos viñedos. Este momento marcó su vida, pues decidieron que entrelazarían su propia historia como productores de vino con la del Etna, creando vinos inolvidables bajo el nombre de Tascante, una atinada unión de Tasca y Etna.


La cultura del cultivo de la vid en el Etna se remonta a la siglo XVII, cuando los primeros palmenti fueron construidos para el prensado de la uva. Tras una historia milenaria, fue en 1968 que se fundó la DOC Etna, encargada de regular la calidad de los vinos producidos y para llevar una virtuosa transformación de esta región vinícola única.



Los vinos Tascante llevan con orgullo la marca DOC Etna y se elaboran en la bodega del viñedo en Contrada Rampante, en Passopisciaro. Las cepas autóctonas de Nerello Mascalese, Carricante y Nerello Cappuccio conviven en el lado norte de la montaña, entre Castiglione di Sicilia y Randazzo, donde las características del suelo garantizan un proceso de maduración de la uva lento, que le confiere un nivel de azúcar perfecto.


Para enfocarse en sus objetivos y definir el estilo de los vinos con los que soñaban, se dedicaron años de investigación, innumerables ensayos enológicos con las variedades nativas, siempre en apoyo de colegas, amigos y con el conocimiento heredado en cientos de generaciones, logrando crear vinos con una personalidad definida. La riqueza del suelo hace que conocer el carácter de la tierra, comprender sus matices, identificar sus fortalezas y otros aspectos, nunca es fácil ni inmediato, por lo que cada añada es única.

Los primeros viñedos se adquirieron en 2007 en Contrada Sciaranuova y Pianodario, y luego en Contrada Rampante en 2015, y junto al director de producción Gaetano Maccarrone, se ha formado equipo guiado por la pasión del vino. Así es como nacieron los vinos de la bodega, como el Ghiaia Nera 2017, una mezcla perfecta entre la uva Nerello Mascalese y los suelos volcánicos. Este vino procede de terrazas rodeadas de castaños y bosques de robles, y posee taninos suaves, frescura y una agradable sensación en paladar. Buonora 2019 está elaborado con Carricante, una de las más interesantes multifacéticas variedades de uva locales. Se caracteriza por sus notas minerales y azufradas, y por su expresión de la naturaleza del territorio del que proviene.




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