El vidrio, con sus caprichosas formas y colores, ha llenado de belleza a la historia. Es imposible imaginarnos al imperio romano sin sus mosaicos, o escuchar el nombre de Murano sin que nos invadan imágenes de las más estilizadas creaciones.
Nacido en San Francisco en 1972, Orfeo Quagliata es hijo del aclamado artista del vidrio Narcissus Quagliata, una figura destacada en la década de 1960 en el American Studio Glass Movement. Orfeo se sintió atraído por el vidrio desde una edad temprana y comenzó a trabajar como aprendiz de su padre a los 12 años.
Con sus técnicas y enfoque en la transformación del vidrio en auténticas piezas de arte, Orfeo ha refinado el estilo tradicional mientras ha inventado el suyo propio. El enfoque de diseño ecléctico de Orfeo apunta a las primeras influencias derivadas del trabajo de su padre y también a su abuela, Herta Jalkotzy, una galardonada diseñadora de joyas en el colectivo Wiener Werkstätte, fundada por Gustav Klimt.
Líneas, formas y colores, le dan vida a caprichosas esculturas, joyas y diversos objetos que fluyen con nuestras emociones y sentimientos. Realmente ése es el arte auténtico, el que nos captura y nos envuelve con su presencia y con su recuerdo. Sus obras son variadas en formas y en propósito, su tamaño varía desde grandes obras y piezas de instalación, mobiliario, artículos decorativos para mesas, delicadas joyas como anillos, aretes, mancuernillas y collares, y hasta trofeos deportivos, como los premios que realizó especialmente a los ganadores del torneo de golf de Marcas de Lujo Asociadas en Amanali Country Club & Nautica.
El diseñador industrial y fundador de Studio Orfeo Quagliata ha aportado al mundo más de dos décadas de experiencia en vidrio, combinando diseño con la dedicación de un artesano a la artesanía. La falta de innovación en los procesos de vidrio prevalecientes obligó a Orfeo a dar una nueva vida al mundo del vidrio mediante la introducción de varias técnicas innovadoras que ahora se muestran en todas las colecciones de Studio Orfeo Quagliata.
Su sensibilidad y su facilidad para conectar con los deseos de las personas, lo han llevado a crear fascinantes piezas que nos llenan de emociones. Donde hay una pieza suya, el ambiente se llena de energía, y la luz se descompone en todos los colores del arcoíris, es como ver magia capturada en las formas fluidas del vidrio, moldeado con pasión y dedicación por las manos del artista, quien nos comparte un trocito de su alma en cada una de ellas.
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