Israel es un país de contrastes, donde la modernidad colinda con lo antiguo, el mar con el desierto, la historia con la tecnología. Es un país que nos enamora de norte a sur – el destino mas impactante de belleza natural nos espera el desierto del Negev, donde nos dejamos llevar por la música del viento contra la arena y la luz de las estrellas.
Fascinante, encantador y de proporciones bíblicas, el desierto de Negev es el epítome de los paisajes desérticos. Es en este horizonte ilimitado, a menudo descrito como el nexo entre el cielo y la tierra, nos encontramos con un hotel sin igual: el lujoso Six Senses Shaharut.
Los Six Senses se distinguen por ser hotels fuera de lo común y los encontramos en sitios únicos en el mundo. Aquí, es mucho mas que un hotel: es una conexión profunda e intrigante con la magia del destino. ‘Shaharut’ se traduce como el momento justo antes del amanecer, a ese instante de belleza efímera que vive, immortal, en nuestra memoria.
En Israel, el propietario, Ronny Douek, comenzó este proyecto acercándose al departamento de arquitectura de la Academia de Arte y Diseño Bezalel hace diez años para investigar el diseño óptimo para este espacio en lo alto de un acantilado, con el objetivo de crear edificios que parecen haber existido aquí durante siglos, una especie de aldea nabatea recuperada.
El resort ofrece un enfoque creativo de la cocina, combinando lo mejor de las influencias israelíes y mediterráneas mientras adopta la filosofía Eat With Six Senses de productos locales, frescos y de temporada. Cuando es posible, los ingredientes se recolectan de los jardines orgánicos del complejo y de agricultores cuidadosamente seleccionados en los kibbutzim cercanos.
Exquisitamente íntimo, Six Senses Shaharut nos pone en contacto directo con el fascinante destino donde se encuentra a través de experiencias sensoriales que nos sorprenden y enamoran.
En este árido paraíso en el distrito de Arava en Israel, viví una experiencia de adrenalina, belleza natural, aventura y diversión de la mano del maravilloso equipo de Guest Experiences del hotel: exploré el desierto rondeante en bicicleta de montaña eléctrica.
Paseé por las majestuosas formaciones rocosas, disfrutando del aire fresco mientras pedaleaba por el sendero nacional de una sinuosa en el desierto de Negev, saludando a íbices nubios en el camino. Viendo el sol descender dramáticamente entre los valles, la arena y las rocas, navegué mi lujosa bicicleta todo terreno entre un impresionante paisaje desértico, fascinada con la magia del momento.
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