Famosa desde tiempos antiguos y conocida como la Tierra del vino por los antiguos griegos, Italia ha gozado de una fama sin precedentes como tierra productora de este elixir, y su Toscana es un remanso de todo tipo de bellezas. Los paisajes de viñedos, olivos y sus pueblos históricos, junto con la rica gastronomía y exquisitos vinos, crean una atmósfera que inunda el espíritu, y nos confirman que bajo el sol de la Toscana la vida es única.
El Valle del Chianti es una de las comarcas más famosas y atractivas de toda la Toscana, su renombre internacional ha sido bien merecido por paisajes de postal, por sus castillos, por su clima, pero muy especialmente por sus vinos, y es a través de ellos que se saborea la auténtica esencia de esta tierra idílica.
Alimentados por las cualidades de este lugar idílico, los vinos de Querciabella cuentan con todos los requisitos para alcanzar la perfección. Esta bodega es reconocida por ser pionera en respetar el entorno natural en el que se encuentran sus viñedos, al usar procesos biodinámicos, orgánicos y veganos durante y después de la producción, y por su su alta calidad, sus vinos son representantes de lo mejor de Italia.
Los delicados procesos de producción de Querciabella, hacen que sus vinos dejen un muy buen sabor de boca, además de que su versatilidad los convierte en candidatos perfectos para maridar con una gran variedad de platillos, recuerdos y momentos.
El tinto Querciabella Chianti Classico Riserva, está amparado por la Chianti DOCG, que es la denominación de origen que regula los estándares de producción y los estrictos controles de regulación. Se elabora con uva Sangiovese, una variedad de uva originaria de la Toscana, y que es muy valorada por aportar aromar frutales, florales y especiados a los vinos.
Este vino resalta las cualidades de su bodega. Es intenso, equilibrado, y por su cultivo meticuloso, la uva adquiere una expresión expresión única de suaves taninos y acidez perfecta con un largo final. Para elaborarlo, se seleccionan las mejores uvas Sangiovese procedentes de cuatro viñedos diferentes, pasa un tiempo de guarda en barrica francesa 20% nueva y un 80% de barrica usada durante 14 a 16 meses, y como se resultado se obtiene un vino de color intenso con elegantes aromas de fruta, notas de vainilla y balsámicos, redondo y con gran estructura en boca, con un rico y largo final.
Al probar este vino se toma a sorbos la larga tradición vinícola de Chianti, donde se detiene el tiempo y la hermosura es su marco de referencia.