Esca: un refugio gastronómico en la ciudad
- Alexis Beard
- 1 day ago
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Cuando el sol se filtra entre hojas verdes y las mesas invitan a largas pausas, surge la magia de Esca. En esta casa de arquitectura clásica con guiños contemporáneos se respira una calma elegante, como si cada rincón hubiera sido imaginado para disfrutarse sin prisa.
El responsable de este escenario es Rolly Pavia, creador de atmósferas y anfitrión de experiencias. Su mirada curatorial logra que el espacio dialogue con los materiales, la luz y los colores, generando una armonía que acompaña el encuentro entre cocina, hospitalidad y arte.
La propuesta culinaria del chef Tobías Petzold es un viaje sensorial donde cada platillo tiene voz propia. La esfera de parmesano con trufa abre el recorrido como un gesto de lujo contenido: un bocado cálido y envolvente que se deshace con precisión. Le sigue el kampachi crudo, que llega a la mesa como una ola fresca, ligera en textura y delicada en sabor.

Luego, el atún en lata sorprende por su ingenio. Transformar la memoria sencilla de una conserva en un platillo refinado, servido con pimientos y humor sutil, es un acto de complicidad con el comensal. El pan con erizo de mar, untuoso y salino, cierra la secuencia como un susurro mediterráneo: atrevido, limpio, inolvidable.
La experiencia líquida acompaña con el mismo nivel de detalle. La carta de cocteles es extensa y juguetona, con creaciones que se vuelven protagonistas. El Giulio Spritz, brillante y misterioso, despierta curiosidad con un perfil único; mientras que el Optimo Martini, aromatizado con Carpano Extra Dry, invita a saborear con calma, como si revelara un secreto de a poco.
Esca no busca deslumbrar con estridencias: seduce con calma, belleza y precisión. Aquí, hasta la luz parece confabularse con el entorno para recordarnos que todo —el espacio, la comida, la bebida y la pausa— está hecho para disfrutarse plenamente.

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