Hablar de Francia, es hablar de vino, de tradición, de una de las mejores regiones vitivinícolas del mundo. Burdeos es la zona productora más famosa de Francia y claro, del mundo, con más de 115 mil hectáreas dedicadas al cultivo de la vid.
Para Peter Kwok, hacer vino en Burdeos es parte de su larga historia de amor con Francia. Sus padres lo criaron en Saigón, Vietnam, donde admiraba la arquitectura francesa, el café tostado oscuro y los baguettes crujientes. Adquirió Chateau Haut-Brisson en 1997 debido a su pasión por Francia y para que sus hijos se adormezcan con la cultura francesa. Así nació Vignobles K, empresa familiar, que ahora reagrupa siete propiedades vitivinícolas, situadas en los mejores terruños de cuatro prestigiosas denominaciones de Burdeos.
Muy cerca de Burdeos se encuentra Saint-Émilion, una región formada por verdes colinas, donde se cultivan las uvas con las que se elaboran vinos de renombre. Además de su amor por el vino, la ciudad tiene un importante patrimonio arquitectónico y cultural, que nos envuelve con la nostalgia de sus edificios, fortificaciones, palacios e iglesias, haciendo que sea un destino ideal para enamorarnos del vino y de la historia fascinante que lo rodea.
Creada a finales del siglo XVIII, la finca Bellefont-Belcier está maravillosamente situada en Saint-Emilion, las laderas orientadas al sur, en la vecindad de Chateau Pavie, Chateau Larcis-Ducasse y Chateau Tertre Roteboeuf.
Chateau Bellefont-Belcier perteneció originalmente a una familia Bordeaux muy poderosa: a finales del siglo pasado, el conde Louis-Francois de Belcier fundó el viñedo por primera vez y luego, a principios del siglo l9, construyó el castillo que llamó Bellefont, Belle Fontaine significa hermosa fuente y es una referencia a los numerosos arbustos escondidos en la ladera en la que las vides hunden sus raíces. Hoy en día, pertenece a Vignobles K.
El Château tiene una ubicación ideal en las laderas del sur de Saint-Laurent-des-Combes, en el área de la denominación Saint-Émilion Grand Cru. El viñedo se extiende sobre 13.5 hectáreas y se divide en tres áreas diferenciadas: la meseta caliza, la vertiente sur arcillo-caliza, las parcelas arcilloso-arenosas.
El Tour Saint Christophe se encuentra en Saint-Christophe-des-Bardes en las fronteras de Saint-Émilion, y además de la producción de vinos deliciosos, su arquitectura es un elemento que llena de vida a la comunidad, pues su viñedo está parcialmente ubicado en terrazas estrechas, creando un paisaje en cascada sobre la ladera de Cassevert, con vistas al valle de Saint Laurent. Desde que fue adquirido por Peter Kwok y su hija Karen en 2012, su restauración se ha enfocado en respetar la producción histórica de sus vinos junto con una meticulosa restauración de los viñedos, que ha incluido la construcción a mano de las terrazas.
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