SAGE: El alma de Baja servida en cada plato
- Alexis Beard
- 1 day ago
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En pleno corazón del Distrito Artístico de San José del Cabo, donde los colores vibran en murales y las palmas susurran con la brisa marina, se encuentra un restaurante que no solo celebra la cocina, sino que la convierte en un acto poético: SAGE. Este rincón íntimo y abierto al cielo es mucho más que un lugar para cenar; es un santuario sensorial donde cada ingrediente cuenta una historia, y cada platillo es un homenaje a la tierra de Baja California Sur.
La atmósfera de SAGE combina la calidez del hogar con la emoción del descubrimiento. Al cruzar su umbral, uno entra en un espacio en el que la naturaleza se mezcla con el arte, y donde la hospitalidad no es una cortesía, sino una filosofía de vida. Es un lugar donde la luz de la luna cae suavemente sobre las mesas, donde el viento salado acaricia la piel, y donde los sabores invitan a una conexión profunda con el entorno.

Detrás de esta experiencia está el chef Guillermo J. Gómez, cuya historia personal se entrelaza con cada creación que llega a la mesa. Su infancia en Argentina, marcada por los aromas de los huertos familiares y las enseñanzas de su madre, se une con las técnicas aprendidas en su recorrido por el mundo. Su cocina es memoria y es presente; es una conversación entre culturas, ingredientes y emociones.
Cada platillo en SAGE es un fragmento de esa conversación. La burrata matcha con salsa morita sorprende con su cremosidad sutil y un dejo ahumado que abraza el paladar. Los calamares salteados, acompañados de crocante de papa, ofrecen un equilibrio perfecto entre textura y sabor. Y los linguini al nero con ostras del Pacífico evocan la fuerza y la salinidad del mar que rodea esta tierra mágica.
SAGE no solo se saborea, se vive. Es una experiencia que despierta los sentidos, honra las estaciones y revela el alma del chef en cada detalle. Aquí, los ingredientes locales no son solo producto: son protagonistas de una narrativa donde lo ancestral se encuentra con lo contemporáneo, y donde lo simple cobra una profundidad inesperada.
En cada cena, SAGE revela una nueva capa de su esencia: la de un chef que transforma sus raíces en arte comestible, y la de una región que vibra en cada hoja, cada especia y cada marisco. Más que un restaurante, es una experiencia que deja huella. Una oda a Baja. Una carta de amor a la tierra.

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