Lujo y Aventura en Hilton Queenstown
- Alexis Beard
- Jun 19
- 2 min read

Queenstown combina paisaje alpino con energía constante. Ubicada a orillas del lago Wakatipu y rodeada por los picos escarpados de los Alpes del Sur, es un punto de partida para explorar fiordos, senderos y viñedos. Durante el día, se camina, se navega, se vuela; al caer la tarde, la ciudad baja el ritmo entre bares, restaurantes y calles que miran al agua. Todo está pensado para quienes viajan por aventura, por naturaleza o simplemente por el gusto de estar en un lugar bien diseñado para quedarse un poco más.
A unos minutos del aeropuerto, en la tranquila zona de Kawarau Falls, el Hilton Queenstown Resort & Spa ofrece una versión sosegada de la ciudad. Desde aquí, Queenstown se intuye a la distancia, al otro lado del lago, accesible por un breve paseo en ferry. La sensación es la de estar cerca de todo sin estar en medio de nada.

La experiencia es serena. Se puede pasar el día sin salir del resort: desayunar frente al agua, caminar por los senderos cercanos, sentarse junto al fuego con un libro o dejar que el silencio haga su trabajo. El restaurante Wakatipu Grill traduce ese mismo espíritu en su cocina. Con ingredientes de la región y una carta que rinde homenaje a Otago, los platos llegan sin excesos, con sabor claro y técnica cuidada. El cordero, los pescados del lago y los vinos locales encuentran su lugar en una mesa sin pretensiones. Las vistas completan el ambiente, dejando que el exterior entre sin esfuerzo.
El spa eforea ofrece un espacio de descanso aún más profundo. Piscina interior, sauna, sala de vapor y tratamientos que combinan técnicas tradicionales con productos naturales. Cada detalle está pensado para favorecer el descanso, desde la iluminación tenue hasta la temperatura del agua. Es fácil quedarse más tiempo del previsto.

Al caer la tarde, podemos entrar al Wakatipu Grill y encontrar una calidez que se siente íntima, como un secreto bien guardado. El fuego crepita con suavidad, y los platos hablan con acento local: ingredientes frescos, sencillos, tratados con respeto. Vemos cómo un filete se cocina con la lentitud que exige el fuego bien llevado, cómo los vegetales conservan el sabor del sol, y cómo un Pinot Noir de Otago encierra en su copa la memoria de las colinas cercanas. Comer aquí se convierte en una celebración tranquila, donde cada sabor cuenta una historia y cada copa sugiere volver.
Queenstown es un punto de encuentro entre la naturaleza indómita y la vida urbana cuidadosamente contenida. En la Isla Sur de Nueva Zelanda, esta ciudad pequeña pero vibrante se despliega entre lagos cristalinos y montañas imponentes, ofreciendo un escenario donde la aventura y la calma conviven. Desde sus senderos alpinos hasta sus cafés acogedores, Queenstown invita a descubrir paisajes que parecen esculpidos por el viento y a disfrutar de momentos de pausa que permanecen en la memoria mucho después de partir.

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