El placer de una buena comida, de un platillo inolvidable, de sabores únicos e intrigantes, es irremplazable. Disfrutar de una buena comida es aventurarse en un viaje por los sentidos, dejándose llevar por aromas, sabores y texturas que nos sumergen en mundos desconocidos.
En Japón, la cocina es un arte llevado a su máxima expresión. La frescura de los ingredientes es clave, y cada platillo es una expresión de amor. La gastronomía es una de las mejores representantes de la cultura de un destino; a través de los sentidos y del placer culinario nos sumergimos en el verdadero alma de un lugar, dejándonos llevar por completo por los sabores, aromas y texturas de su cocina.
Más que un restaurante, es un deleite sensorial, donde la calidad y el amor son la materia prima. La filosofía de Onomura, que quiere decir “lugar de encuentro”, se basa en gozar de la alta gastronomía y compartirla en un espacio agradable.
Un exquisito portal al corazón de Japón, un caleidoscopio de sabores surgen de los artistas en la cocina, en la barra de sushi y en las mentes creativas que han llevado al restaurante a su éxito. Así es Onomura Nigiri Bar, con dos ubicaciones, una en Interlomas y otra en Bosques.
Con su nueva apertura en Prado Norte, esta joya culinaria ha logrado crear algo que va mucho más que una excelente experiencia gastronómica; aquí cada momento es magia. Pronto, este edén nos deleitará con una nueva ubicación en el corazón de Polanco.
En Onomura también nos encontramos con platos fusión, como el delicioso tiradito de salmón con yuzu, el nigiri de atún con trufa negra, el huachinango dry miso y el sashimi de toro con trufa y aceite. Como el resto platillos del menú, rinden homenaje a la tradición japonesa y brindan experiencias únicas a través de la innovación y el amor a la perfección.
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