Wharekauhau Lodge: un refugio entre colinas y océano
- Deby Beard
- 1 day ago
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En el extremo sur de la Isla Norte de Nueva Zelanda, en la región de Wairarapa, se extiende una costa salvaje donde el océano Pacífico golpea con fuerza los acantilados y el viento parece cargar consigo historias de otro tiempo. Allí, entre colinas ondulantes cubiertas de pastos y bosques antiguos, se encuentra Wharekauhau Lodge, un refugio que une la herencia de una antigua estación ovina con el lujo discreto de la hospitalidad contemporánea. El viaje hasta llegar a este rincón ya anticipa la experiencia: tras atravesar el sinuoso Paso Remutaka, la carretera desciende hasta una arboleda sombría que protege la entrada al lodge. Al cruzarla, se revela una casa señorial de inspiración edwardiana, sólida y elegante, con chimeneas que parecen desafiar el viento marino.
Dentro, la atmósfera es cálida y refinada. Grandes salones de techos altos, muebles antiguos cuidadosamente elegidos, chimeneas encendidas y ventanales que enmarcan el horizonte del mar crean un ambiente acogedor donde el tiempo parece discurrir más lentamente. Todo en Wharekauhau está pensado para transmitir calma, desde los pequeños detalles de la decoración hasta la manera en que el personal recibe a los huéspedes con una naturalidad que se siente más cercana a la hospitalidad de una casa de campo privada que a la de un hotel de lujo.

El alojamiento combina confort moderno con carácter rústico. Sus trece Cottage Suites, distribuidas con privacidad en medio del paisaje, ofrecen alrededor de setenta metros cuadrados de espacio donde cada elemento ha sido diseñado para abrazar el entorno. Los materiales locales —piedra, arcilla, lana tejida— aportan textura y calidez, mientras que las chimeneas privadas, las terrazas con vistas al océano y los pisos de mármol calefaccionados aseguran bienestar en cualquier estación. A la llegada, pequeños gestos como galletas recién horneadas esperan en cada habitación, recordando que la esencia de la hospitalidad está en los detalles. Para quienes viajan en familia o en grupos grandes, la Foley Villa ofrece un nivel de intimidad y amplitud difícil de igualar: tres dormitorios, espacios de reunión en torno a chimeneas interiores y exteriores, piscina climatizada y la sensación de habitar una residencia particular en medio de un paisaje remoto.
La experiencia culinaria de Wharekauhau es un capítulo en sí misma. El lodge celebra la abundancia de la región con una cocina fiel al espíritu farm-to-table. Muchos de los ingredientes provienen directamente de sus jardines y granjas cercanas, y se transforman en menús que varían con la temporada. Los sabores del mar, la frescura de los vegetales locales y la riqueza de los productos de la tierra encuentran en la mesa un lugar de honor. Cada plato se acompaña de una cava seleccionada con esmero, que rinde homenaje a los vinos del Wairarapa y a etiquetas internacionales que dialogan con la propuesta gastronómica. Las cenas, servidas en un entorno íntimo frente a la chimenea o bajo la luz tenue de los ventanales, son tanto un festín para el paladar como un momento de contemplación.

Más allá de su cocina y su alojamiento, lo que distingue a Wharekauhau es la manera en que integra al huésped con el entorno. Las actividades invitan a explorar la región en todas sus dimensiones: paseos a caballo por la playa, recorridos en vehículos 4x4 que atraviesan la histórica estación ovina y muestran de cerca el trabajo de pastoreo, excursiones en ATV por los terrenos agrestes, sesiones de tiro al plato y arquería, caminatas por los viñedos cercanos y hasta experiencias de pesca en la costa. El contacto con la naturaleza es siempre protagonista, pero equilibrado con espacios de calma que incluyen un spa, una piscina cubierta climatizada y rincones pensados para el descanso absoluto.
Este equilibrio entre sofisticación y rusticidad ha hecho que Wharekauhau sea elegido no solo por viajeros que buscan una escapada íntima, sino también por figuras internacionales y miembros de la realeza, que han encontrado en este rincón del Wairarapa la combinación perfecta entre privacidad, seguridad y belleza natural. En 2014, por ejemplo, fue residencia temporal de la familia real británica durante su visita a Nueva Zelanda, consolidando así su reputación como un refugio de clase mundial.
Lo que hace inolvidable a Wharekauhau no es únicamente su entorno espectacular ni sus servicios de lujo, sino la manera en que todo parece estar diseñado para detener el tiempo. Aquí el lujo no es estridente: es el murmullo del mar que entra por la ventana, el calor de una chimenea encendida en una tarde fresca, el sabor de un vino local compartido al caer el sol, la sensación de caminar por una playa solitaria con el viento en el rostro. Es un lugar donde la vida cotidiana se suspende, donde la historia, la naturaleza y la hospitalidad se entrelazan para ofrecer una experiencia que permanece mucho después de haber partido.

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