Con 180 metros de extensión de playa bañada por el Mar Caribe, Casa Malca es un paraíso terrenal. Desde la sombra de las palmeras en la fina arena blanca hasta el distintivo aroma del incienso en las habitaciones y la dulce melodía de las olas de mar – cada espacio y momento, cada obra de arte y detalle personalizado, cada platillos y delicioso vino y cada sonrisa del atento personal de Casa Malca unen fuerzas para crear algo que vive fuera de la realidad y nos transporta a un universo de fantasía.
Con parte de su colección personal de arte contemporáneo distribuida en varios espacios, Lio Malca creó un nuevo y único concepto en Tulum, donde convivo con obras de arte dignas de un museo: Casa Malca. Las piezas de arte se encuentran en las paredes de las habitaciones, corredores y áreas comunes – haciendo de cada rincón del hotel un espacio de encuentro con maravillas.
Desde su nombre hasta cada detalle, el concepto de Casa Malca está diseñado para recibirnos a los huéspedes como en casa, pero con un toque muy suyo. Descubierta después de estar abandonada durante más de una década, la casa y sus originales ocho habitaciones han sido renovada y ampliada de una manera consciente y respetuosa con la arquitectura existente y su entorno natural.
Actualmente con 72 habitaciones, Casa Malca es un refugio de lujo, un lugar mágico que nos brinda una experiencia única y recuerdos inolvidables. Las habitaciones son un reflejo del entorno artístico del hotel, cada una decorada con muebles únicos y obras de arte elegidas personalmente por Lio Malca.
Se puede sentir la presencia de la naturaleza tanto en las habitaciones con vistas al mar como en las habitaciones con vistas al jardín, donde somos constantes partícipes en la intricada relación de la vegetación y el hotel.
Este paraíso terrenal me fascina con su piscina exterior e interior, tres restaurantes, dos bares y un tejado con una vista de 360 grados desde el cual contemplo la hermosa puesta del sol sobre la jungla – las cambiantes tonalidades verdes de la densa vegetación jugando con mis sentidos.
Un hotel como ningún otro, aquí el arte, la playa, la gastronomía, la musica y la belleza natural de Tulum unen fuerzas… el resultado es magia.
