El arte culinario es el más placentero que existe. Nos transporta a través de los sentidos a distintos rincones del mundo, nos causa emociones incomparables, nos emociona, nos cautiva, nos fascina.
Este arte es uno que se lleva en la sangre. Los grandes chefs y restauranteros tienen dentro de sí un amor profundo por la alta gastronomía por crear instantes de magia a través de la comida.
D'Amico no es solo el apellido de esta familia de amantes del arte culinario, sino que es también el nombre que decidieron darle a su restaurante hace ya casi once años. Un lugar que ha llenado de experiencias a tanta gente, cuatro paredes que cuentan historias de toda índole....
Para la familia D’Amico crear un espacio, una comida y un ambiente especial es de las mejores cosas que existe en esta vida. Dar servicio, pero más que nada dar emoción y dar experiencias para ellos siempre ha sido lo primero.
Un paraíso para los que somos amantes de la comida italiana, D’Amico nos enamora a todos con sus magníficos platillos y estupendo horno para pizzas.
La Rosa es un ícono histórico que representa desde la antigua Roma un símbolo de lealtad y camaradería. Cada mesa de D’Amico tiene una y el mensaje es simple: Lo que se platica en la mesa se queda ahí.
Ahora en su renovada sucursal de Polanco (Homero 418) nos encontramos con esta familia que trabaja todos los días para crear un lugar donde no solamente se come exquisito, sino donde se crean memorias con nuestros seres queridos.
D'Amico se traduce del italiano a ‘de amigo’ y eso es justo lo que la familia intenta transmitir día a día en este magnifico restaurante, donde la pasión por la gastronomía y las ganas de siempre ofrecer lo mejor crean un ambiente de amistad y felicidad.
