Un despertar de los sentidos en Almamía
- Melanie Beard
- 3 days ago
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En el corazón palpitante de la colonia Roma, Almamía se revela como un santuario gastronómico donde los recuerdos se cocinan a fuego lento. Más que un restaurante, es una experiencia íntima que entrelaza diseño, memoria y sabor, alojada en una casona restaurada de Álvaro Obregón, cuidadosamente transformada por el arquitecto Alberto Kalach en un espacio donde cada rincón susurra calma y contemplación.
La propuesta culinaria corre a cargo del chef David Hernández Aguilar, un maestro con más de tres décadas de trayectoria que ha representado a México en 18 concursos internacionales, incluyendo el prestigioso Bocuse d’Or. Formado junto a grandes referentes de la cocina francesa, David destila técnica, precisión y una sensibilidad profunda por los ingredientes locales, fusionando la elegancia de la alta cocina con el alma de la tradición mexicana.

En su menú, cada platillo es un relato que despierta emociones. La tostada de kampachi fresco laminado con paté de pescado y un delicado perfume de chiles secos se eleva con una salsa macha que acaricia el paladar como un recuerdo de mar. Los elotes baby, empalizados con mayonesa de chile pasilla tatemado y coronados con queso de Ocosingo, evocan la alegría de lo callejero, convertida en un lujo que no se olvida.
El mole oaxaqueño, elaborado en fogones tradicionales, se sirve con pan de elote asado y puré de plátano macho, como una ceremonia que honra la raíz y el tiempo. El risotto con callos St. Jacques, queso de cabra y mole negro es un encuentro sublime entre mar y montaña, donde la cremosidad del arroz abraza la intensidad ancestral del mole con una elegancia inesperada.

Almamía propone un nuevo ritual donde cada detalle ha sido pensado para conectar con los sentidos. La carta de vinos, cuidadosamente curada, dialoga con los sabores; la luz suave invita a la conversación; el servicio, cercano pero sin invadir, permite que la experiencia fluya con naturalidad. Incluso los comensales de cuatro patas son bienvenidos, porque aquí, la calidez se extiende a todos.
En Almamía han logrado perfeccionar el arte de saborear el presente, con el alma abierta y los sentidos despiertos.
