El lujo y la comodidad son las cualidades más representativas y memorables de los hoteles de alto nivel, que además tienen el toque adicional de integrase en armonía con la naturaleza y la cultura de la zona en la que se ubican, siendo muestra de su buen gusto y de su responsabilidad humana y ambiental. Más que destinos, son verdaderos refugios de comodidad que unen la belleza exótica y paradisiaca de las islas mexicanas, en las que se pueden vivir vibrantes momentos de aventuras, romance y completa relajación. Los hoteles de lujo también son una apuesta para los amantes del buen comer, del buen beber y del buen vivir, sazonados con el color de las aguas marinas o con el contacto de la arena en los pies. Uno de los destinos de playa más bellos del mundo merece a uno de los destinos turísticos más exquisitos. En Cancún se encuentra el desarrollo Mayakoba, un lugar imaginado por el hombre pero moldeado por la naturaleza, en el que se encuentra el hotel de súper lujo Fairmont, al que se puede arribar a bordo del ferry que conecta al hotel con la playa y con el resto de las bellezas del complejo. La belleza que rodea al Fairmont Mayakoba Riviera Maya y la exuberancia en sus instalaciones y servicios, conspiran para convertirlo en uno desarrollo más bellos y exclusivo. Por sus cualidades ha sido galardonado con 5 Diamantes de la AAA, el más alto y prestigioso reconocimiento otorgado en hotelería. En cada rincón del hotel se disfruta la fusión arquitectónica con la belleza natural, como si hubiese sido creado no por el hombre, sino por la selva misma. La brisa tibia y salada que regala el mar Caribe, invita a refrescarse en la terraza de Las Brisas Restaurant & Lounge Bar, mientras se degusta una deliciosa tártara de atún, preparado con escolar fresco y atún de aleta amarilla con mango, aderezo de cacahuate y ají de soya. Para disfrutar de la tarde la opción ideal es La Laguna Grill & Bar, situado en el centro del resort y con vista a una de las albercas de borde infinito del hotel y de sus hermosas lagunas, donde se puede degustar el menú de insectos o de un rico queso fundido. En su interior, La Laguna Lounge es el lugar idóneo para disfrutar de unas deliciosas botanas mientras se toma una margarita de pepino con un fondo de música en vivo. Otra opción para disfrutar de ricas botanas como una selección de sushi, acompañado de buena música en vivo, es el Lobby Lounge, justo junto a la entrada principal del hotel. Su lujoso Willow Stream Spa de 3,437 metros cuadrados, se rodea por hermosas lagunas naturales y bosques de manglares locales. Su interior se forma por jardines mexicanos con duchas estilo suizo al aire libre, piscinas con hidromasaje, una piscina de vitalidad y otra con minerales marinos, gimnasio y salón de belleza. Sus tratamientos de inspiración maya conducen al cuerpo y a la mente a un estado de total relajación, pues se basan en la integración de los conocimientos de la sabiduría local, donde el aire, agua, tierra, madera y fuego son los protagonistas y los guías para equilibrar tanto la armonía interna del hombre como la que lo conecta a la tierra. Para que el efecto conseguido en el spa continúe, todas las habitaciones están equipadas con amenidades de lujo, en las que se cuentan camas tan cómodas como una nube envuelta en finas sábanas, productos exclusivos de baño, pantuflas, albornoz y flores.
En la punta opuesta del país se ubica Marquis Los Cabos, un hotel que brinda una nueva mirada hacia el lujo moderno y delicado, suspendido como un sueño en la costa de Baja California Sur. El hotel es la unión del mar con el desierto, un enclave entre el agua y la tierra árida que le rodea. Es el portal entre dos mundos, donde la sobriedad dorada y las montañas se mecen bajo la brisa del Mar de Cortés y el Océano Pacífico. Marquis Los Cabos es el resultado de una mezcla infinita de azules y de tonos ocres, bajo la caricia tibia del sol mexicano. El hotel se vive como un mundo en sí mismo, donde cada detalle fue pensado y ejecutado con maestría y delicadeza. Su arquitectura se funde con la desnuda belleza del entorno, permitiendo que la luz sea la anfitriona en todos sus espacios. Los diseños de las ventanas, puertas y balcones enmarcan como en una postal irrepetible a las vistas naturales, a las que se suman esculturas, muebles de refinado gusto, pisos deslumbrantes y escaleras decoradas. La serenidad que se transmite en la propiedad es equiparable a los tranquilos reflejos del mar, a la armonía del calor de los días con el frío de las noches. Su lobby es el marco que recibe a los viajeros durante su visita, como el punto en el que los dos mundos convergen: por un lado el medio círculo se extiende levanta como en un abrazo al océano, y por el otro lado, deslumbra la vastedad del desierto. A través de los servicios cada instante se vive con la misma tibieza de los rayos del sol que se cuelan por los balcones de las habitaciones. Su spa se extiende en más de tres mil metros cuadrados, donde se ofrecen tratamientos basados en ingredientes naturales como arcilla, sales y aceites esenciales, para crear un viaje purificante de la piel y el cuerpo, ya sea mediante masajes con aromaterapia, faciales o con una relajante terapia de piedras calientes. El hotel ofrece un mundo culinario que fusiona los sabores de la tierra con el mar, creando presentaciones artísticas con la más fina experiencia gourmet. Los atardeceres más espectaculares se acompañan de manjares marinos como tenazas de cangrejo, camarones, pulpos y almejas, así como platillos de cocina francesa e internacional que fusionan sabores e ingredientes para consentir hasta a los paladares más exigentes.
Grand Velas Resort es un hotel en el que los huéspedes se sienten como en casa, pues fue creado como el primer resort todo incluido de lujo orientado a la familia, pues además de su decoración mexicana contemporánea el primero de su tipo en recibir por décimo año consecutivo el galardón 5 Diamantes de parte de AAA. En armonía y respeto con la naturaleza, el resort cuenta con la Certificación Blu Flag, un reconocimiento a la excelencia en la calidad y seguridad ambiental. Es un paraíso localizado dentro de otro, en la exuberante vegetación de Bahía de Banderas, famosa por sus playas bordeadas de áreas forestadas. El clima se embelece con las playas de arenas blancas, que junto a la brisa melancólica, el cielo despejado y el mar turquesa posicionan al resort a nivel internacional. Sus lujosas y amplias suites son cómplices del resto de las amenidades y de la naturaleza misma, pues los visitantes despiertan con el sonido de las olas, y despiden el día con vistas a las montañas de la Sierra Madre desde las terrazas. A la usanza del ambiente que lo rodea, el hotel posee jardines llenos de vegetación y una alberca infinita de tres niveles, además de ofrecer un tour culinario gourmet a través de sus restaurantes a cargo de reconocidos chefs. El hotel ofrece una oferta gourmet a la carta excepcional, que rescata los sabores locales. En Azul se ofrece comida internacional; en Frida se disfruta la cocina gourmet mexicana; en Lucca se especializan en cocina italiana-mediterránea; en Piaf se degusta de las tradicionales recetas francesas; y en Selva del Mar se sumerge en un bar de botanas. Al Aqua Bar se llega nadando en la alberca y se ofrecen platillos ligeros, botanas y cocteles que se disfrutan flotando en el agua. Igualmente el visitante puede consentirse en el Spa de Autor, miembro de The Leading Spas of the World, con 20 cabinas para tratamientos, área de hidroterapia y una infinidad de tratamientos para la relajación.
Hablando de spas y de buen gusto, el Cenote Spa de Grand Hyatt Playa del Carmen Resort es único en el mundo, no sólo por sus servicios sino por la originalidad de su concepto. El spa se integra con el diseño arquitectónico del hotel, inspirado en texturas y materiales tomados de la cultura maya, para vivir la unión de la cultura y tradiciones en un moderno santuario de bienestar. En su interior se representa espejos de agua en el suelo y paredes que rememoran los interiores de las famosas cuevas de la zona, siendo lo más significativo la representación de un cenote dentro del espacio, conformado por una alberca al centro de una cueva con un área de relajación. Dentro de este particular spa se admiran los elementos más representativos de la región, mientras que se disfruta de tratamientos, masajes y faciales basados en la cultura local. En su construcción no sólo se minimizó el impacto ambiental, sino que se respetó e integró a la misma la zona de manglares, esos bosques pantanosos donde se mezcla el agua dulce de río con el agua salada de mar. Otras acciones a favor de la naturaleza y de la comunidad en la que se ubica, se incluye la limpieza de cenotes; ser miembro del Comité de Protección de Tortugas Marinas de Riviera Maya; su participación en la campaña internacional de limpieza de costas, y su campaña constante de ahorro de energía y reciclaje.
Los amaneceres en estas playas inician con cielos despejados y brisas suaves, como una invitación a salir a caminar por las arenas. Son destinos únicos por su multiculturalidad, por la unión de la belleza salvaje con la modernidad y los más altos estándares de calidad.